900 gramos de
muslos de pollo en filetes
2 cucharadas soperas de aceite de oliva
Pimienta recién molida
2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
2 dientes de ajo troceados
2 cucharaditas de romero picado
5 anchoas finamente cortadas
1/3 de taza de vinagre de vino
1 cucharada sopera de vinagre balsámico
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Comenzamos quitando el exceso de grasa de los filetes, cortándolos en cuatro
pedazos y secándolos bien con papel de cocina. Cogemos una sartén de base
amplia donde ponemos a calentar el aceite de oliva y, una vez caliente,
ponemos a dorar los trozos de pollo sazonándolos bien con la pimienta negra.
Una vez listos los pasamos a una bandeja y reservamos calientes.
En otro sartén calentamos el aceite de oliva y sofreímos el ajo, el romero y
las anchoas a fuego lento hasta que la mezcla tome sabor. Volvemos a echar
el pollo a la sartén removiéndolo bien con la mezcla y vertemos el vinagre
de vino. Dejamos que burbujee unos minutos y a continuación bajamos el
fuego, tapamos al sartén y dejamos cocinar durante 10 minutos hasta que el
pollo quede tierno. Si vemos que la salsa se empieza a secar añadimos un
poco de agua.
Justo antes de apartar el pollo del fuego vertemos el vinagre balsámico, que
es lo que le da al plato el toque final. Os recomiendo servirlo con patatas
fritas en aceite de oliva y unas ramitas de romero.
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